
14 May Códigos Familiares que limitan nuestra Felicidad
La mayoría de familias transmiten generacionalmente ciertos mensajes y creencias familiares (a veces sin decirlas explícitamente), que de ser tomadas como verdades dogmáticas, pueden limitarnos en el desarrollo de nuestro potencial humano.
En este sentido hay familias más normativas que otras, y por tanto códigos familiares más o menos estrictos, pero en general hay un código idiosincrásico que de niños acatamos sin cuestionarlo, y que de adultos podría llegar a censurar e inhibir nuestros anhelos.
Estos pactos familiares son firmados tácitamente cuando somos niños porque entendemos que es una garantía para conseguir lo que necesitamos en ese momento: ser amados y aceptados por papá y mamá.
Lo importancia de explorar estos códigos familiares, es para poder permitirnos, (por nuestro bien), cuestionarlos, valorando que hay otras realidades legítimas a tener en cuenta sin fallar a la lealtad familiar por ello.
Ejemplos de creencias familiares limitantes
- En esta familia nos juntamos siempre por Navidad y quien no viene falla a la familia.
- Respeta siempre a tus mayores, hagan lo que hagan.
- Todo lo que consigas con esfuerzo es valioso, lo que llega sin esfuerzo no tiene mérito.
- No permitas que nadie quede por encima tuyo, pisa fuerte para que no te humillen.
- Sé amable y educado, los conflictos nunca traen nada bueno.
- Una vez que eres madre tus necesidades pasan a un segundo plano.
- Si te riño y critico mucho, es porque te quiero.
- Hay una edad para cada cosa, no puedes coger un tren que ya pasó.
- La suerte no existe, al menos no para nosotros.
- Piensa mal y acertarás.
- No sólo hay que ser bueno sino parecerlo.
- Quien te hace un favor siempre espera algo a cambio.
- No des que hablar, los trapos sucios se lavan en casa.
- Los hermanos no deben entrar en conflicto: hay que llevarse bien.
Estos mensajes tan comunes en muchas familias, no son ni buenos ni malos en sí mismos, todo depende de la rigidez con la que se sigan: si los acatamos como verdades absolutas podríamos limitar en ciertas situaciones nuestro desarrollo personal, por renunciar a necesidades propias con tal de evitar saltarnos el código familiar.
Yendo más lejos, hay creencias, que no sólo necesitamos cuestionar o relativizar, sino desterrar, ya que son tan erróneos como injustas:
“tú nunca te casarás”
“siempre serás un calzonazos”
“la tostada siempre se cae por lado de la mantequilla”
“no tienes remedio”
“tu hermano es mejor que tú”
Hay quien al darse cuenta de estas limitaciones decide soltar sus ataduras, y hay quien a pesar de tomar conciencia de las mismas, no ve la manera de romper un «contrato familiar» que firmaron emocionalmente hace décadas, para ellos dedico el “mensaje” de un gran maestro:
“Firmaste un contrato emocional con tu familia, hace mucho tiempo. Los contratos son compromisos que se cumplen, pero no olvides que en los contratos se pueden sumar cláusulas. Las cláusulas sirven para adaptar una norma obsoleta a los nuevos tiempos. Eres adulto, ha llegado el momento de añadir tus propias cláusulas”.
“ Códigos Familiares Limitantes”
Beatriz Alvarez
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