Cómo combatir el síndrome postvacacional


Cómo combatir el síndrome postvacacional

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Hay quien dice que la depresión postvacacional es un mito, que tan sólo se trata de un malestar natural y pasajero que ha existido siempre y que los psicólogos nos hemos inventado para acuñar términos y conseguir pacientes, y que cada vez somos menos tolerantes a la frustración y más hedonistas, por eso nos cuesta tanto incorporarnos al tan necesario trabajo.

Sea como fuera, cada vez más personas acusan más el fin de las vacaciones, y se sienten  con cierta sensación de ansiedad y tristeza cuando se incorporan a su puesto de trabajo, algunas incluso tienen síntomas psicosomáticos de este malestar: dolor de cabeza, molestias muscoesqueléticas, alteración del aparato digestivo etc.

 

Si la depresión postvacacional es un síndrome exagerado, o tiene fundamento no es el tema que nos ocupa, ya que si tú te sientes mal justo antes de incorporarte a tu puesto de trabajo, es suficiente razón para pedir ayuda y utilizar todos los apoyos a tu alcance, por tanto permítenos formar parte de esos apoyos a través de los siguientes consejos.

 

Para todos los acontecimientos de la vida hay actitudes saludables y actitudes que acrecientan el problema, distinguirlas y aliarnos con las mejores es la posibilidad que tenemos de mantener la serenidad y la calma a pesar de las circunstancias

Consejos para tener en cuenta previamente a tu incorporación laboral:

 

  1. Darte el derecho a sentir, sin exagerar, el tedio de esta situación. Se ha acabado lo mejor parte del año, y empieza la parte menos placentera, es normal que sientas fastidio y cierta melancolía. Tampoco hace falta que disimules lo obvio, aunque has de cuidarte de no caer en el victimismo.
  2. Vivir el in pass o preparación: es aconsejable dedicar al menos un par de días al final de las vacaciones a no hacer nada, sin que tú te des cuenta y sin que hagas nada explícito al respecto, (es decir de manera inconsciente) tu cuerpo y tu cerebro se estarán preparando para incorporarse a tu puesto. Recomendamos actividades tranquilas, que te permitan estar distraído y a la vez tomar conciencia paulatinamente de la nueva situación.
  3. No agobiarse ni anticiparse: no hay nada en tu mano para solucionar o resolver posibles problemas laborales, ni puedes ahora mismo adelantar trabajo, tan sólo tienes una opción: esperar serenamente a que llegue el día de incorporarte y entonces solucionarás todas las cuestiones que se te planteen. Cada vez que tengas un impulso de pensar en cosas laborales, intenta distraerte con cualquier cosa cotidiana: prepárarte un té, hacer una llamada de teléfono, cambiar de canal de tv, hacer la lista de la compra…
  4. Hacer planes placenteros que te distraigan y compensen la situación: dicen los pamplonicas cuando acaba San Fe
    la depresión postvacacional se lleva mejor viendo su lado positivo

    Busca el aspecto positivo de incorporarte al trabajo

    rmín: “ya queda un día menos para el próximo San Fermín”. Piensa en actividades placenteras que en breve podrías hacer, seguro que tienes más de una en el tintero: las próximas vacaciones, una cena con amigos, un día de setas…

  5. Buscar los aspectos positivos de reincorporarte al trabajo: aunque te parezca imposible, toda situación por desagradableque sea tiene aspectos positivos, intenta encontrar los tuyos: que los niños vuelven al cole, que no tendrás que aguantar a ese pesado familiar, que por fin te tomarás esas cañas con tus compañeros de trabajo…

 

Consejos para aplicar cuando te incorpores a tu puesto de trabajo:

 

  1. Vivir un período de adaptación.  Pretender ser igual de resolutivo y ágil que el día antes de marcharte de vacaciones es un error, tomate las cosas poco a poco, no pretendas abarcar más de la cuenta. Atiende únicamente el trabajo realmente urgente, sé selectivo, no quieras hacerlo todo, te frustraría y agobiaría. Muchas de las cosas que querrás resolver los primeros días, pueden, y sobre todo, por tu salud: ¡deben esperar!.
  2. Que nadie te transmita su estrés: si alguien está deseando contarte la cantidad de problemas y “marrones” que te esperan, no le permitas que hable más de la cuenta, para los pies a todos aquellos que pretendan volcar su estrés y agobio sobre ti. Y si no está en tu mano dejar de escuchar a esas personas, porque son de una posición jerárquica superior, o porque son demasiado invasivas: tómate con filosofía lo que te digan, ellas están ansiosas y estresadas, pero es su vivencia de las cosas, en tu mano está que esa manera de vivir no se convierta en un hábito para ti, así que escúchales como quien oye llover, mientras te dices a ti mismo: “ese es tu manera de vivir no la mía, esa actitud es tuya no mía”
  3. Descansa y repón energía más a menudo que de costumbre: no puedes estar operativo el primer día, de hecho necesitas más tiempos de descanso que en cualquier otra época del año: puedes aprovechar para ver las fotos del verano, comerte un snack, o echarte una charla con los compañeros de trabajo. Ponte pequeños objetivos laborales durante el día, y después de cada objetivo cumplido date un pequeño premio (mirar tu waspp, comerte una galleta, consultar tu facebook).
  4. Reducir las presiones y obligaciones extralaborales: prioriza en aquello que no pueda esperar, tanto para ti como para tu familia, permítete tener la casa y la familia menos al día que otras veces: estás aterrizando en el mundo laboral.
  5. A por los caprichos: tanto si eres madre o padre como si no, volver al trabajo es cosa dura, mereces un premio casi por cada loimpide que vampiros emocioanles absorvan tu energíagro, de modo que hazte una lista mental con varios caprichos o placeres que crees que te mereces y … a por ello. Es una forma de compensar la vuelta al trabajo.
  6. No a los vampiros emocionales: tu energía está más vulnerables que de costumbre así que no es la mejor época para ser diplomático, al contrario, trata de estar cerca de gente positiva, con la que te sientas tranquilo y en paz.
  7. Confiar en ti mismo: el año pasado sacaste tu trabajo adelante, y el anterior, y el anterior, sabes que te pondrás al día rápidamente, y dentro de unos días estarás bien, trata de visualizar esa sensación, trata de imaginar cómo te sentías hace un año cuando después de un par de semanas incorporado a tu puesto ya tenías todo bajo control, seguro que eres capaz de imaginar y sentir esta sensación, y verás como te sientes menos presionado.

 

En una palabra facilítate la vida, alíate con aquellas actividades o personas que te hagan sentir mejor, no te presiones ni regañes, sé condescendiente contigo. No eres superman, porque superman no existe, y si te da un bajón lánzate el siguiente mensaje: “no pasa nada por sentirme decaído, es normal, este momento pasará y me lo permito, no tengo que impresionar a nadie”.

 

También nos hemos encontrado últimamente mucha gente en consulta que se sienten culpables, cuando tienen estrés laboral, es gente que ha interiorizado el mensaje “con el paro que hay en España es una vergüenza que alguien hable de depresión postvacacional”. Bien, es como si el obeso no pudiera quejarse de su enfermedad porque hay millones de personas sufriendo desnutrición en el mundo. No recibas estos mensajes, ellos en tu lugar se sentirían como tú, no eres responsable de su malestar, ni ellos del tuyo, y lo cierto es que, aunque sea mejor tener trabajo que estar desempleado, la vida laboral, en ocasiones es dura, así de sencillo.

 

 

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