
31 Ene Carácter y actitud en la salud física y mental
Sabemos que nuestra actitud y personalidad influyen notablemente en nuestro equilibrio emocional y físico, es decir en nuestra salud.
Por otro lado nuestro carácter está infuido tanto por nuestra genética como por nuestras experiencias en el entorno.
Sin embargo nuestras experiencias támbién se viven de muy diferente manera según la actitud elejida en cada momento.
En esta línea, nuestra actitud es el mejor recurso a nuestro alcance para mejorar nuestro bienestar.
Hay actitudes que nos enferman y necesitamos transformar.
Un cambio de actitud requiere de una serie de pasos, siendo el primero desearlo profundamente. No vale fingirlo. Sólo sirve desearlo de manera genuina

Todo cambio empieza con una imagen que tú generas dentro de ti
Y ¿cómo sabemos que nuestra motivación de cambio es verdadera?
Todo logro comienza con una imagen mental, en forma de fantasía, deseo o ilusión.
Para poder cambiar de actitud necesitas estar lo suficientemente cansado de tu vieja manera de ser, y ser consciente de ello, o darte cuenta de que ya no te compensa vivir así.
La mayor parte de nuestro sufrimiento lo provocamos nosotros mismos, no tanto por los acontecimientos desagradables como por la vivenvia interior de los mismos: rabia, vergüenza, negación, frustración, desesperanza, aislamiento, pesimismo.
La mayoría de realidades difíciles nos dañan porque luchamos contra ellas como si pudiéramos modificarlas. Además no contentos con ello nos forzamos a vivirlas interiormente con sentimientos impuestos (por los otros y por mí mismo). En este proceso estamos perdiendo nuestro propio respeto y dignidad. Es decir nos maltratamos, nos tratamos sin amor. Al mismo tiempo alimentamos la idea de que podemos anular nuestra verdadera naturaleza. Esta actitud causa sufrimiento y frustración.
La mayor batalla para lograr cambiar de actitud se libra en nuestro interior, y tiene que ver con la aceptación no tanto de la situación, (que también) sino del efecto de la misma en nuestro interior. Cuando podemos aceptar nuestra vivencia emocional real se produce la paradoja de la transformación emocional. Entonces el sufrimiento de repente mengua, se diluye. Y nuestro cerebro así lo registra generando las sustancias de la felicidad.
“Esta teoría está muy bien” diréis algunos “pero yo soy así, ya no puedo cambiar, me viene de familia, está en mi ADN”
La genética influye en tu carácter aproximadamente un 50 por ciento, eso quiere decir que hay otro 50 por ciento que depende de tu entorno.
Y ¿cuál es el entorno más importante en el que vives? ¡es tu actitud!
Tu actitud es el entorno más inmediato e influyente sobre tu carácter y por tanto tu bienestar. Todas las células de tu organismo y tu cerebro están afectadas por el entorno único que genera tu actitud. Lo mismo ocurre con tu mente y tus emociones, tu actitud es clave. Si realmente supiéramos el poder que tenemos nos abrumaría tal responsabilidad.
En psicoterapia ayudamos al paciente redescubrir una capacidad que todos tenemos (incluido tú), la capacidad de ser felices.
Todos tenemos la capacidad para sanar y recuperarnos de heridas del pasado, por muy dolorosas que sean.
Entiendo que pueda sonarte utópico, pero eso es porque todavía no te has propuesto de verdad transformar tus viejos automatismos.
Todos tenemos un gran margen de libertad interior para transformar nuestra salud. Que no te engañen, no has venido a esta vida para experimentar la tragedia de ser humano, eso es una falacia, has venido a este mundo para estar en él y en el universo que lo contiene, y la manera más coherente de contribuir a la evolución es siendo feliz.
La felicidad está asociada a emociones y sentimientos concretos que emanan de uno principal: el Amor, cuyos derivados son:
- aceptación
- bondad
- alegría
- compasión
- serenidad
- admiración
- entrega
- valentía
- paz…
La infelicidad crece cuando nuestro mundo interior está monopolizado por el No Amor, en forma de:
- odio
- duda
- resentimiento
- venganza
- miedo
- violencia
- hostilidad
- humillación …
Ojo! Mis lectores veteranos dirán: “pero según los psicoterapeutas no hay emociones buenas ni malas, sino cómodas e incómodas y necesitamos identificar y permitirnos todas ellas”.
Efectivamente, todos las emociones y sentimiento son necesarios para vivir y convivir, y necesitamos experimentarlos todos, la cuestión es evitar ser monopolizados por emociones dolorosas.
Por tanto no se trata de evitar sentir sino de poder sentir y a la vez evitar instalarme en una cómoda infelicidad o zona de confort.
¿Qué pautas concretas puedes seguir para cambiar de actitud?

Para aprender algo nuevo necesitas tratarte con benevolencia
- Lo primero desea profunda y sinceramente un cambio en ti mismo.
- Asume que esta transformación te llevará esfuerzo. Te encontrarás con dificultades en el camino. Es natural: llevas toda la vida viviendo con ciertas actitudes. No hay un fallo en ti por ser así, de hecho en su momento fue beneficioso para ti. Sin embargo hace tiempo que esas ventajas no compensan los daños.
- Piano piano: empecemos por pequeñas cosas, casi minúsculas. No aprendiste a conducir, nadar o caminar en una semana, al menos no de forma fluida y natural.
- Declárate novato en este reto, sólo así podrás ser paciente. Recuerda que el aprendiz mejora con motivación y refuerzos positivos. No te presiones y evita ser severo contigo. Trátate bien, como tratarías a un niño que está aprendiendo a andar.
- Celebra tus pequeños logros, como si fueras un niño, necesitas reconocerte, valorar cada paso.
- Mira tu pasado con respeto. En el pasado hiciste lo que pudiste. Ahora sabes más porque eres más experto y maduro. Tendemos a juzgar nuestro comportamiento pasado con dureza. Y esta severidad es una pauta que pretendemos transformar. Estamos cambiando de actitud ¿recuerdas?
- Evitar las metas rígidas e idealizadas, lo importante es lo que avanzas, no lo que te falta. Esto en sí mismo ya es un cambio de actitud.
- Haz cosas que te hagan experimentar amor, placer y bondad, por ti y por los demás. Necesitas de esos momentos, si no los tienes procura encontrarlos, están ahí para ti, ocúpate de ello. Si te sientes artificial y extraño al principio, enhorabuena! Vas por buen camino.
- Confía en ti, y si no puedes confía en que es posible, o confía en alguien que te ayude. Todos tenemos la capacidad de ser felices, a pesar de las circunstancias y el dolor. La felicidad no es privilegio de unos pocos.
- Busca orientación: un terapeuta, una amigo que sea tu referente, un guía espiritual. Apoyate en quien sea brújula en tu nuevo caminar. Estás aprendiendo algo nuevo, mejor dicho estás desaprendiendo viejos automatismos. Este tipo de cambios se hacen con titubeos y dudas, busca apoyo y orientación.
- Sonríe más, no hay hecho en la vida que no pueda ser mirado con una sonrisa. Sonríe aunque se te salten las lágrimas.
- Llora siempre que lo necesites, y mientas llores, no dejes de sonreír hacia tu interior.
- Y recuerda todo lo que sientas por los demás lo sientes por ti. Si odias a tu vecino no puedes sentir amor hacia ti al mismo tiempo. El sentimiento de odio es un estado de maltrato corporal hacia ti. Por tanto evita instalarte en estados emocionales autodestructivos: odio, rencor, resentimiento, venganza, desconfianza etc. No significa que tengas que amar a quien te ha hecho daño, ni siquiera necesitas perdonarle si no estás preparado. Intenta poner el foco en ti, en el amor hacia a ti. No permitas que el otro te robe tu atención y perturbe tu paz interior.
“Actitud saludable para ser felices» por Beatriz Álvarez
beatriz@escuchartepsicologia.com 699 251 287
No hay comentarios