
09 May ¿Es caro ir a un psicólogo?
Una de las cosas que más escucho cuando alguien conoce que soy psicóloga, es que es una profesión muy importante, y más en la sociedad en que vivimos. Sin embargo, lamentablemente, también es cierto que sigue habiendo muchas personas que siguen pensando que ir al psicólogo es algo que es “muy caro”.
Si bien es verdad que la figura del psicólogo debería estar considerada como un aspecto importante de la Sanidad, que lograría además reducir muchas visitas al médico y mejorar sustancialmente la calidad de vida de las personas, la realidad muestra que el acceso a este servicio ahora mismo es fundamentalmente privado.
Ante la pregunta de si ir a un psicólogo es caro, habría que replantearse qué es lo que consideramos caro, y qué precio es el que ponemos a nuestro bienestar emocional. No he oído nunca a nadie quejarse del precio del último coche que se han comprado, o de lo que les ha costado el Ipad, o cambiar de móvil para estar a la última en tecnología. Sin embargo, parece que nos cuesta más el permitirnos invertir en nosotros mismos.
Creo que aquí influyen varios factores:
- La terapia no es algo material, no es tangible, lo cual no quiere decir que no sea efectiva. Pero en un mundo en el que domina lo material hay más resistencias a invertir en algo que no lo es.
- Estamos acostumbrados a la inmediatez. Esto era algo que antes no ocurría, y de hecho, en mi experiencia, cuando he tratado con personas más mayores jamás han cuestionado el valor de un psicólogo ni se han peleado con el querer que las cosas se solucionen de un día para otro. Tienden más a comprometerse con su situación y a poner esfuerzo por mejorar, porque entienden que los cambios llevan tiempo, y energía.
- En situaciones donde a menudo se llevan muchos años “funcionando de una manera insana”, se busca cambiar en unas cuantas sesiones esa forma de funcionar. Pero esto no es así: nuestro psiquismo no está preparado para los cambios tan radicales, y cuando se tratar de hacer, cuando se quiere forzar a una persona a ir más rápido de lo que puede asimilar, esto genera fuertes resistencias.
Porque, aunque la situación en la que estamos viviendo nos provoque malestar, tiene la “tranquilidad” que nos proporciona lo conocido. Y el cambiar es algo que asusta, aunque el cambio sea para mejor, pero es dejar atrás algo que conozco y a lo que estoy acostumbrado, para enfrentarme a algo nuevo, aunque ese “algo” sea bueno para nosotros.
Por otra parte, la profesión del psicólogo se enfrenta a dificultades que no se observan en otras profesiones:
– El compromiso con el paciente a estar con él durante todo el tiempo que necesite estar en terapia. Esto puede variar de unos meses a unos años.
– El trabajo terapéutico no se limita a los 50 minutos que dura la sesión. Detrás de esto, se encuentra también el trabajo previo para preparar la sesión, trabajo posterior para analizar cómo ha ido la sesión, los bloqueos de la persona, qué se ha podido trabajar y qué no…
– El ser humano es complejo, y en contra de lo que algunas personas puedan pensar, no nos limitamos a “escuchar”, sino a tratar de abordar esa complejidad para llegar a la solución de los conflictos.
– Hay que mantener la atención sostenida durante toda la sesión. Esto implica un gran trabajo previo personal para poder estar alerta de cosas que a veces son casi imperceptibles para los pacientes, y que sin embargo, son aspectos importantes para cambiar aquellos aspectos que producen malestar.
– El psicólogo tiene que estar en reciclaje continuo. No es suficiente con tener la licenciatura en psicología. La mayoría de nosotros realizamos una formación continua posterior mediante máster, posgrados, cursos, talleres… para asegurar que la atención que vamos a dar a nuestros pacientes es la óptima. Y creedme, este tipo de formaciones también “cuesta”.
– Además de todo lo anterior, hay otra serie de gastos que hay que cubrir: como son los del alquiler del despacho, seguro de responsabilidad civil, colegiación, autónomos, y supervisión de aquellos pacientes cuyos tratamientos son más complicados.
Sabemos el precio de ir a un psicólogo, porque hemos pasado por ello. Es un requisito que según mi opinión deberían hacer todos aquellos que se dedican a esta profesión; y que están empezando a exigir en determinadas formaciones.
Personalmente, he estado mucho tiempo en terapia (por suerte no por temas graves), al igual que muchos de mis compañeros de profesión. Y aunque he tenido que realizar grandes esfuerzos, económicos, laborales, personales…. Creo que los cambios que he obtenido no se podrían cuantificar económicamente.
Porque…
¿Qué precio tiene el sentirse comprendido y poder por fin escucharse sin juzgarse?,
- ¿Cuál es el precio de poder mejorar tu relación de pareja? , ¿o de terminar con aquella que sólo te genera sufrimiento?
- ¿Sabrías poner precio a tu relación con tu familia?
- ¿O a dejar tener ansiedad?, ¿o a recuperar las ganas de vivir?
Sabemos que es algo que cuesta, pero creo que es algo que va más allá de lo económico. Cuesta esfuerzo, compromiso para con uno mismo y con los demás, y aprender a valorar mi propio bienestar por encima de lo económico.
Aun así, sabemos que sí hay personas que quieren hacerlo pero que se encuentran en dificultades económicas, y por eso desde nuestro Equipo nos esforzamos para que nuestros precios puedan ser asequibles, sea cual sea tu situación.
“¿Es caro ir a un psicólogo?”, por Almudena de Pablo.
almudena@escuchartepsicologia.com 646333640
Conociéndome la vida es más fácil
Fernanda Bravo
Publicado en 04:55h, 09 noviembreHola buenas noches. Estoy interesada en tomar terapia! En dónde se encuentra? Puede ser presencial la consulta o únicamente por línea?
Gracias ?
Almudena de Pablo
Publicado en 12:40h, 09 noviembreBuenos dias!
Se puede hacer tanto presencial como por skype. Yo estoy en la zona de Ventas / El Carmen y en Parla, en Madrid. Cualquier duda puedes escribir un mail a almudena@escuchartepsicologia.com o al 646 333 640
Daniela
Publicado en 03:37h, 26 septiembreNunca me había fijado el precio del servicio priorizando mí bienestar hasta el año pasado que decidí terminar con 8 años de terapia y darme cuenta que no me han servido porque enseguida tuve la necesidad de ir nuevamente. Ahí me di cuenta que lo que yo creía que era dinero invertido había sido dinero gastado. Hoy con serías dificultades económicas decidí volver a terapia pero con la condición de que la terapia tenga un fin. No pretendo solucionar mí problema en 6 meses pero tampoco ir eternamente. Los psicólogos deberían informar a los pacientes cuando el tratamiento se estanca porqué poner la responsabilidad en el paciente que confía en su profesional no me parece correcto.
Almudena de Pablo
Publicado en 11:47h, 05 octubreMuchas gracias Daniela por compartir tu experiencia. Como dices nosotras nos referimos a que es un dinero que se invierte en mejorar nuestra salud psicológica, y desde ahí es un dinero bien invertido. Luego está cada caso particular, y cada terapeuta en particular. Si bien es cierto que hay terapias que pueden ser mucho más duraderas en el tiempo, ya que depende de muchos factores (tipo de terapia, gravedad de los síntomas, apoyos que tenga el paciente, estilo de personalidad…) lo fundamental en el proceso es que hay seriedad, confianza y honestidad en el tratamiento. Entiendo que si estuviste tanto tiempo es porque de algún modo la terapia te estaba ayudando, y quizás no se eligió adecuadamente el momento de cierre de la terapia. Como dices, si fue porque la terapia estaba estancada, habría sido bueno poder haberlo hablado y poder planteado si fuera necesario posibilidad de derivación a otro profesional que te pudiera venir mejor. En todo caso te deseamos que te vaya muy bien en este camino de cuidado y mejora personal. Recibe un saludo afectuoso.